Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1871-1872 (Cortes de 1871 a 1872)
Sesión: 10 de junio de 1871
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Respuesta al Sr. Tutau
Número y páginas del Diario de Sesiones 57, 1.552, 1.553
Tema: Pregunta del Sr. Tutau sobre el Museo y Biblioteca Nacional; subasta de pantalones y universidad de Barcelona

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN e interino de Fomento (Sagasta): ¿Quiere saber el Sr. Tutau de dónde salen los fondos con los cuales se continúan las obras del edificio destinado a Museo y Biblioteca nacional que se está construyendo en Recoletos? Pues salen de las cantidades asignadas a ese objeto en el presupuesto del Ministerio de Fomento. (Un Sr. Diputado: No lo está.) Pues si no, hacemos milagros, porque es bien difícil sacar de donde no hay.. Hay, en efecto, una cantidad en el Ministerio de Fomento destinada a la construcción de ese edificio. Todos los años se venía haciendo un presupuesto para Ilevar adelante esa obra, que es de gran importancia, y en que se ha invertido mucho dinero. El año anterior, por circunstancias especiales, no se gastó todo lo asignado en el presupuesto; y en el vigente lo que se ha hecho ha sido gastar lo que el año pasado quedó por invertir en una obra que sería lastima que no se concluyera. El Sr.Tutau recordará que en las Cortes Constituyentes hubo propósito de vender esos terrenos. No recuerdo si la proposición fue escrita o de palabra, pero existió; y si mal no recuerdo, fue el Sr. Tutau quien la hizo.

Pues bien, eso no pareció conveniente; y no pareció conveniente, porque era tanto como arrojar a la calle 8 a 10 millones que hay empleados debajo de tierra y que no servirían para ninguna industria particular. Eso podrían comprarlo los particulares; ¿pero para qué Ies servían los cimientos y la distribución que hay hecha debajo de tierra para un edificio público que tiene un objeto determinado?

Las Cortes aceptaron ese pensamiento; pero al mismo tiempo no quisieron que una obra que había empezado y en la que se habían invertido grandes sumas, quedaran así para in secula seculorum. Pues bien, hay consignadas dos cantidades para dos museos que están separados, para el del Prado y para otro que hay en el Ministerio de Fomento: hay una cantidad que está destinada para refundir esos dos museos en uno, y como se trata de un edificio para museos, a ese museo se ha consignado esa cantidad.

Ahí tiene el Sr. Tutau de donde salen esas cantidades con las cuales se hacen las obras de Recoletos, y ahí tiene el Sr.Tutau como el Gobierno está dentro del presupuesto continuando esas obras sin hacer ningún sacrificio el país, sin hacer ningún milagro, i0jalá pudiéramos hacer milagros en la cuestión de dinero!

El Sr. Tutau también ha manifestado su extrañeza, me parece es la segunda pregunta que ha hecho, por una subasta de pantalones para los penados, que cree [1.552] S.S. es poco tiempo el término de veinte días que se ha fijado para tomar parte en la subasta, suponiendo que las telas para pantalones de los presidiarios han de ser tan especiales que se necesitan encargarse ad hoc al extranjero. No; el Gobierno está dentro de la ley dando plazo de veinte días, porque la ley marca el de quince a treinta días y ha tornado el término medio. Y además, no se trata de telas desconocidas e inusitadas, especiales; no se trata de telas ad hoc que haya que encargar al extranjero; son telas comunes que no hay necesidad de encargarse expresamente. De manera que el Gobierno está dentro de la ley habiendo fijado ese término de veinte días para la subasta de esos pantalones,

Pero me alegro mucho de que el Sr. Tutau haya traído esa cuestión al debate, porque hace algunos días se me hizo conocer un artículo de un periódico, el cual publicaba un comunicado de un señor de Madrid, o no sé de dónde, que se quejaba de las contratas que se habían hecho en el Ministerio de la Gobernación. Como a mí en estos casos no me gusta andar por las ramas, lo primero que hice fue llevar al articulista a los tribunales, y lo segundo recoger todos los expedientes del Ministerio de la Gobernación y mandarlos a las Cortes, donde están a la disposición de los Sres. Diputados. Y he hecho eso con tanto más motivo, cuanto que la mayor parte de las denuncias que se hacían en aquel comunicado, los enjuagues que se suponen cometidos, no son de mi administración, son de la administración de mi antecesor. Pero tan persuadido estoy de la honrada administración de mi digno antecesor, que, sin consultarle, recogí todos los expedientes que había en el Ministerio, y aquí los he mandado. Por consiguiente, ahí están a disposición de los Sres. Diputados.

Ya verá el Sr. Tutau cómo se han arreglado esos expedientes y hecho esas contratas, y quizá encontrará la razón por la cual se ha hecho el contrato cuyos antecedentes y motivos quería saber. Es más; si los señores Diputados me hicieran el obsequio de examinar esos expedientes, yo les suplicaría, en el caso de nombrarse una comisión, que esa comisión fuera compuesta exclusivamente de Diputados de oposición; porque, repito, que aunque no tengo nada que ver con la mayor parte de esos contratos, yo estoy interesado en la buena gestión administrativa, y estoy tan interesado como el Sr. Rivero en que se manifieste la buena administración: que al fin y al cabo es la administración del Ministerio de la Gobernación en el intermedio que pasé del

Ministerio de la Gobernación al Ministerio de Estado. Ahí tienen los Sres. Diputados los expedientes, sin perjuicio de que el articulista y el que mandó el comunicado encuentren su merecido ante los tribunales.

Otra pregunta ha hecho el Sr.Tutau, aun cuando no exclusivamente al Ministro de Fomento, porque es para el de Guerra, para el de Fomento y para el de Hacienda; es la pregunta acerca de la Universidad de Barcelona. En lo que de mí depende, puedo decir a S. S. que si la Universidad no se ha concluido, ha sido por falta de fondos; que no se ha concluido porque no es tan pequeña la cantidad que se necesita; no es de 40.000 duros como S. S dice; desgraciadamente es mayor la suma que se necesita para concluirla. Las obras continúan; pero hay una parte de la Universidad que no se emplea toda con este objeto, y que mientras no esté concluido todo, el Estado la utilizará en aquello que crea conveniente. Por lo demás, las obras se concluirán así que lo permitan los recursos del Tesoro, y una vez concluida, se dedicará al objeto para que ha sido destinada.



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